martes, 7 de julio de 2009

DINERO, FUENTE DE PODER

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DINERO, FUENTE DE PODER






Thomas Jefferson, quien había visto los toros desde adentro y conocía lo que bullía en la mente de algunos financistas, pudo sentenciar premonitoriamente:
Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate. Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron.
Para cualquier persona desprevenida parece de ciencia ficción enterarse de las gigantescas maniobras financieras perpetradas por la “Sociedad de Sociedades” y de cómo logró el control sobre el mayor banco central del planeta, la Reserva Federal.
Como los Estados Unidos de América aumentaba velozmente su poderío económico y su influencia en el mundo, el reducido clan de financistas sionistas trasladados desde Europa a la nueva potencia, intuyó que pronto no podrían ejercer el control sobre las finanzas, como lo había hecho su pasada generación en el viejo continente.
Se dieron entonces a la tarea de estudiar cómo establecer un banco central bajo su control y así regular la moneda y los acontecimientos.
Aunque la constitución en su artículo primero, octava sección, establecía que: “El Congreso se reserva el poder de acuñar dinero y regular su valor”, nada les importó, como tampoco el que una mayoría de políticos e industriales que no estaban en contubernio con los Iluminados, se opusieran, como se oponían la mayoría de ciudadanos que se habían ocupado con el tema.
La casa Rothschild escogió, según afirman observadores de primiera fila, a John Pierpont Morgan, un estadounidense entrenado en Alemania e Inglaterra, como agente desencadenante de pánicos bursátiles y financieros.
Según denunció el senador Robert Owen ante el Congreso, los manejadores de las finanzas recibían una instrucción, que fue bautizada como “la circular del pánico”, en la que se ordenaba: “Retire de una vez la tercera parte de su dinero en circulación y simultáneamente recoja la mitad de los empréstitos”.
Esos movimientos abruptos producían automáticamente la crisis.
A partir de 1893 siguieron años de pánico e inestabilidad y en 1907, el peor de todos, Paul Warburg comenzó a dar conferencias y a escribir acerca de la “necesidad inmediata de una reforma bancaria para estabilizar la situación”.
No olvidar que los Warburg estaban también unidos por matrimonios con los Rothschild.
A la campaña de Paul Warburg se le unió Nelson Aldrich, dirigente del partido republicano, senador por Rhode Island, lugarteniente de Morgan y suegro de John D. Rockefeller por el matrimonio de su hija Abigail con el magnate. Aldrich fue nombrado posteriormente por el Senado, Jefe de la Comisión Monetaria Nacional.
Este personaje, Aldrich, poseía frente a la Costa de Georgia, en la isla de Jekyll una mansión donde se reunieron el 22 de noviembre de 1910, representantes de las más importantes instituciones financieras de EE.UU.
Estaban presentes Abraham Piatt Andrew, Subsecretario del Tesoro; Henry P. Davinson por la Casa J. P. Morgan; Charles Norton, Presidente del First National Bank de Nueva York; Benjamin Strong, Presidente de Bankers Trust Company y por supuesto, Paul Warburg y Frank Vanderlip. Estuvo también un señor Shelton, secretario personal de Aldrich.
En este encuentro, que se mantuvo por muchos años en estricto secreto hasta que fue revelado en las memorias de Warburg y en las de Vanderlip, pues ninguno de los dos resistió la tentación de capitalizar tan trascendental logro, se definieron los lineamientos para la creación de un banco central con la participación de la banca privada y bajo su control, que sustituyera al Bank of the U.S.A. que era una entidad pública dependiente del Departamento del Tesoro.
En aquel conciliábulo de la Isla de Jekyll se redactó también el Informe de la Comisión Monetaria, así como la Ley Aldrich que crearía la RESERVA FEDERAL.
Con esta “brillante” patraña la hermandad le arrebataba la gestión monetaria al gobierno, pues según sus “sabios” consejos, este manejo no debía estar sometido a la política. Un sistema similar ya lo habían implantado en Europa y les había funcionado de maravilla. Posteriormente y a través de gobiernos títeres, lo siguieron introduciendo en los demás países.
A pesar de su apabullante poder, los banqueros Illuminati fracasaron durante tres años con su proyecto, hasta que llevaron a la presidencia de EE.UU. a Woodrow Wilson, con la condición de que éste lo hiciera realidad.
Wilson presidente, nombró como su secretario a Edward Mandell House, un suplantado coronel, hijo de un representante de intereses financieros británicos y autor de un libro en el que, entre otras perlas, sostenía: “Es necesario establecer el socialismo como fue soñado por Karl Marx”.
Wilson nombró también como consejero a Bernard Mannes Baruch, estrechamente relacionado con los financistas del complot de Jekyll. Este personaje siguió como influyente asesor de sucesores de Wilson.
Mandell House y Mannes Baruch no permitieron que Wilson olvidara que “debía mostrar su espíritu progresista modernizando la banca”.
Wilson anunció entonces que presentaría al Congreso el proyecto de ley y, como vio que las mayorías lo rechazarían, se confabuló con el presidente de ese organismo, Carter Glass, quien empleó la treta de convocar un pleno que se dedicaría exclusivamente a la ley del sistema de la Reserva Federal y aunque les había prometido a sus colegas congresistas el 19 de diciembre de 1913 que no los convocaría hasta enero, lo convocó para el 22 de diciembre de 1913, cuando ya casi todos habían viajado para vacaciones de navidad.
Todo estaba fríamente calculado. Como no había quórum para aprobar la ley, la legislación preveía que “en caso de urgente necesidad nacional”, el presidente de la Cámara de Representantes podía dar vía libre a la ley.
La indignación de la mayoría de los congresistas ante tan cínico contubernio entre políticos y los trapacistas de la banca, no fue óbice para poner en marcha tan monumental engaño a la sociedad.
El congresista Charles A. Lindbergh, padre del legendario piloto, denunció: “este acto establece el más gigantesco Trust sobre la tierra.[...] Cuando el presidente lo firme, el gobierno invisible del poder monetario, cuya existencia ha sido probada en la investigación del Trust del dinero, será legalizado”.
Wilson firmó e hipocritamente afirmó: “es una victoria de la democracia sobre el trust del dinero” cuando la realidad era totalmente al contrario.
Para que a nadie le quedase duda del maridaje de Wilson con los especuladores de siempre, sólo le baste mirar los nombramientos del presidente dictados por su secretario Mandell House para el primer Consejo de la Reserva Federal: Benjamin Strong fue encargado de presidirlo y entre el “selecto grupo” se encontraba, y cómo no, Paul Warburg.
Los indignados congresistas pensaron en revocar la ley, pero la fecha que estratégicamente escogieron los iluminados para su aprobación fue justo antes de comenzar la primera guerra mundial y como el trámite era complicado y había asuntos de seguridad nacional entre manos, las cosas se fueron quedando así, hasta que se salieron con la suya y el sistema se consolidó.
Este perverso manejo contempla que cuando el gobierno quiere poner en circulación una cantidad determinada de dinero, no sólo le tiene que pedir permiso a la Reserva Federal, la cual, si lo aprueba, se convierte en acreedora y los contribuyentes deberán devolver el “préstamo” con intereses.
La acumulación de deuda y de intereses da la respuesta al impresionante déficit público de la Administración Federal de los Estados Unidos de América y al correspondiente desmesurado crecimiento de la banca judeomasónica.
Aunque habían prometido que con el nuevo sistema desaparecerían las depresiones y la inestabilidad, lo primero que hicieron fue inundar el mercado de dinero barato. La oferta subió en siete años hasta 1929 en 62% y ese excedente de dinero fue invertido por ellos en la Bolsa. En 1929 la Reserva Federal empezó a subir la tasa de descuento al tiempo que los de siempre empezaron a vender sus acciones a precios altísimos. En octubre de ese año se produjo el mayor crack financiero hasta entonces conocido, que empobreció a todos los ciudadanos que tenían inversiones en la Bolsa y las tuvieron que vender por el 10% de lo que habían pagado a los que ya habían vendido las suyas. Aquellos “geniales inversionistas” se enriquecieron aún más y siguen haciéndolo, produciendo “impredecibles” crisis financieras a espacios irregulares.
Nunca se ha logrado y el Consejo de la Reserva Federal jamás ha permitido que se auditen sus libros. Después de un frustrado intento por revisar las cuentas de la Reserva, el presidente del Comité de la Comisión Bancaria del Congreso, Wright Patman, declaró: “En Estados Unidos tenemos hoy dos gobiernos, uno legal, debidamente constituído y otro independiente, sin control ni coordinación”.
Este malvado sistema ha endeudado, no sólo a los Estados Unidos, sino a todo Occidente. Las estadísticas muestran por ejemplo que los ciudadanos deben trabajar hasta medio año sólo para pagar impuestos y en Suecia, hasta el 70% de los ingresos anuales son descontados. Vivimos pues en una sociedad que produce para la masonería sionista, pues tan altas contribuciones se deben al endeudamiento impuesto por los prestamistas, del cual se hace casi imposible escapar.
Baste constatar, que antes de que la gran banca masonico-sionista diseñara y lograra la puesta en funcionamiento de este sistema de la Reserva Federal, la deuda pública nacional de los Estados Unidos de América era prácticamente inexistente, que en 1940, la misma ya ascendía a US $ 43.000.000.000,oo y que en 1998 había alcanzado la astronómica suma de cinco y medio billones de dólares (en español), esto es US $ 5.500.000.000.000,oo, o sea, la nación con la economía más grande del planeta, hipotecada a unos cuantos especuladores extraños a esa sociedad. En 2008 ya supera los 10.000.000.000.000,oo.
Este “ingenioso” sistema funciona de la siguiente manera: cuando el Estado necesita dinero, le entrega a la Reserva Federal bonos del tesoro que pagan intereses y contra los cuales, la FED (Reserva Federal) imprime el dinero prácticamente de la nada y sin ningún otro respaldo. Un negocio tan fácil y redondo jamás lo soñaron ni piratas, ni narcotraficantes.
La Reserva Federal se convirtió pues en el agiotista con licencia legal para convertir papel en dinero sonante y contante, prestarlo a los acreedores más seguros, a los gobiernos de los EEUU y de los otros Estados a través de los organismos multilaterales controlados por ella misma y encima de ello, cobrarles intereses acumulables al capital, lo que según la regla financiera del “Setenta y dos” que reza, que el número de años que se requieren para duplicar una deuda resulta de dividir 72 por la tasa de interés, por ejemplo, si se pactan intereses del 8% anual a largo plazo, (72 ¸ 8 = 9) al cabo de nueve años la deuda se habrá duplicado, lo que explica que casi toda la sociedad planetaria tenga que pagar impuestos para engrosar las arcas de los banqueros “iluminados”, y que no vengan como siempre a rasgarse las vestiduras y a estigmatizar a tan atrevidos “conspiranoicos” con la hoy tan temible maldición de “antisemitismo”. Que expliquen primero por qué los gobernadores y principales autoridades de la FED han pertenecido y pertenecen a organizaciones cumbre de la masonería: a la CFR y a la Trilateral, y todos los Presidentes del Banco Mundial han sido, o son de la CFR, o de la Trilateral.
Las cabezas de las más grandes empresas de los Estados Unidos de Norteamérica y por supuesto, los banqueros, le atribuyen mayor poder al Chairman de la FED, que al propio Presidente de la nación.
Para los buenos entendedores, sólo baste con analizar la tabla que transcribimos a continuación de la mencionada obra de Salbuchi, p.p. 300 y 301 y fácilmente verán como están entretejidos CFR, gobierno, banca, fundaciones y otras poderosas organizaciones masónicas:

Presidentes del CFR: 1946 – 1996


LEFFINGWELL
RUSSELL C.

§ Chairman:
1946-53
§ Director: 1927-60
§ Presidente: 1944-46
§ Vicepres: 1943-44

§ Morgan Guaranty Trust Co. – socio (fue chairman entre 1948 y 1950).
§ Abogado de Wall Street y socio en el estudio Cravath Henderson Leffingwell & de Gersdorr.
§ Secretario Adjunto del Tesoro: (W. Wilson, hasta 1920).
McCLOY,
John J.
§ Chairman:
1953-70
§ Director: 1953-72
§ Ford Foundation (Chairman, 1953-65).
§ Chase Manhattan Bank (chairman, 1953-60).
§ Alto Comisionado en Alemania (1949-52).
§ Banco Mundial (presidente, 1947-49).
§ Kuhn Loeb & Co. (director, 1928)
§ International Acceptance Bank (director).
§ Estudio jurídico Cravath Henderson Leffingwell & de Gersdorrf (socio desde 1924).
§ Fundador del “Atlantic Brüke“ (puente Atlántico).
§ Fundador de American Council on Germany.
§ Miembro de la Comisión Warren (que investigó el asesinato de John F. Kennedy).
ROCKEFELLER,
David
§ Chairman:
1970-85
§ Director: 1949-85
§ Vicepres: 1950-70
§ Presidente honorario vitalicio
§ Trilateral Commission – 1973/96 (fundador y presidente honorario vitalicio).
§ Chase Manhattan Bank (chairman 1969 hasta abril 1981).
§ Comisión del Presidente sobre Intercambio Ejecutivo (miembro – Presidencia de Reagan).
§ Rockefeller Brothers Fund (pres., 1980).
§ Coalition of New York Businessmen (chairman, 1979).
§ Rockefeller University (chairman del Comité Ejecutivo, 1975-80).
§ Council of the Americas (chairman, 1965-70).
§ Cámara de Comercio de Nueva York (ex-chairman).
§ Americas Society (chairman honorario).
§ Universidad de Chicago (Junta de Síndicos).
§ Rockefeller Center Complex (director).
§ Director accionista de diversas empresas del grupo Rockefeller: Exon, Atlantic Richfield, Chase Manhattan Bank, entre otras.
PETERSON
Peter G.
§ Chairman: desde 1985 a la fecha
§ Director: 1973-84/1984 a la fecha
§ Tesorero: 1981-1985
§ Trilateral Commission – 1973/75.
§ The Blackstone Group Loeb (chairman, 1973-80).
§ Secretario de Comercio (1972-73, Nixon).
§ Asistente al Presidente para Política Económica Internacional (1971-72), Nixon).
§ Bell & Howell Corp. (presidente, 1958-71).
§ Director: General Foods, American Express, 3M Co., RCA, Illinois Bello, Black & Decker Manufacturing, First National Bank of Chicago.


Si se quieren establecer los vínculos del poder económico y el poder político, sólo dele una mirada a la lista de “Miembros Corporativos” del CFR que han dado un fuerte apoyo financiero a este Council on Foreign Relations, Inc. (CFR). Transcribimos del mismo libro de Adrian Salbuchi p.p. 309, 310 y 311:
§ AABB Asea Brown Boveri Group (constructora – suiza).
§ AGIP Petroleum Company (petrolera – italiana).
§ American Express (servicios financieros).
§ American Internacional Group – AIG (seguros).
§ Amoco Corporation (petrolera)
§ Archer Daniela Midlan Group (servicios).
§ A T & T (telecomunicaciones).
§ Atlantic Richfiel Company (tecnología energética).
§ Bank of America (banca).
§ Banca Commerciale Italiana (banca – italiana).
§ Bank of New York Co. (banca).
§ Bankers Trust Company (banca).
§ Bell Atlantic (telecomunicaciones).
§ Bertelsmann Stiftung (fundación industrial - alemana).
§ The Blackstone Group (tecnología nuclear).
§ Boeing Corporation (aeroespacial)
§ British Airways (transporte aéreo – británica).
§ Brown Brothers Harriman (banca).
§ Carnegie Corporation of New York (servicios).
§ The Chase Manhattan Bank (banca).
§ Citibank/Citicorp NA (banca).
§ The Coca- Cola Company (bebidas).
§ Deere & Company (maquinaria agrícola).
§ Deutsche Bank AG (banca – alemana).
§ Dillon Read & Company (banca).
§ Dow Chemical Company (química).
§ Dow Jones & Co. (medios de comunicación).
§ E. I. du Pont de Nemours & Company (química).
§ Ernst & Young (consultora – británica).
§ Exxon Corporation (petróleo).
§ Fiat USA (automotriz).
§ The First Nacional Bank of Chicago (banca).
§ The Ford Foundation (servicios).
§ The Ford Motor Company (automotriz).
§ Forbes Magazine (medio de difusión).
§ General Electric Company (ingeniería eléctrica).
§ General Motors Corporation (automotriz).
§ Goldman Sachs & Co. (banca).
§ The Henry Luce Foundation, Inc. (servicios).
§ H. J. Heinz Company (alimentos).
§ Hilton Hotels Corporation (hotelería).
§ HSBC Américas (banca).
§ International Paper (papel).
§ International Business Machines – IBM Corporation (informática).
§ ITT Corporation (servicios).
§ Johnson & Johnson (productos para el hogar).
§ J. P. Morgan & Company (banca).
§ Kleinwort Benson Ltd. (consultora – británica).
§ KPMG Peat Marwick & Co. (consultora – británica).
§ Kohlberg Kravis Roberts & Co. – KKR (inversora).
§ Lazard Freres & Co. (banca franco–estadounidense).
§ Marsh & Mclennan Companies (seguros).
§ The Andrew W Mellon Foundation (servicios).
§ Merrill Lynch & Co. Foundation (banca/servicios).
§ Mitsubishi International Corporation (ingeniería industrial-japonesa).
§ Mitsui & Co. (USA) (Electrónica – japonesa).
§ Mobil Oil Corporation (petrolera).
§ Moody´s Investors Service (servicio de clasificación de riesgos).
§ Morgan Stanley & Co. (banca).
§ National Westminster Bank Plc. (banca – británica).
§ Newsweek (medio de difusión).
§ The New York Time Company Foundation (medio de difusión).
§ Nippon Steel USA (acero – japonesa).
§ Nomura Research Institute America (consultora).
§ NYNEX Corporation (telecomunicaciones).
§ Occidental Petroleum Corporation (energía).
§ PepsiCo (bebidas).
§ Pfizer (química).
§ Philips Petroleum Company (petróleo).
§ Price Waterhouse (consultora – británica)
§ Procter & Gamble (productos para el hogar).
§ The Prudential Insurance Company of America (seguros).
§ Republic National Bank of New York (banco).
§ Rockefeller Brothers Fund (servicios).
§ RJR Nabisco (alimentos).
§ Salomon Brothers (banca).
§ SBC Warburg & Co (banca – anglosuiza).
§ Shell Oil Company (petróleo – angloholandesa)
§ Siemens Corporation (electrónica industrial – alemana).
§ Smith Barney Shearson Inc. (banca).
§ Soros Fund Management (inversiones).
§ The Starr Foundation (fundacion de la AIG – seguros).
§ Standard & Poors Ratings Group (servicio de calificación de riesgos).
§ The Twentieth Century Fund (inversora).
§ Times Mirror (medios de difusión).
§ Time Warner (medios de difusión).
§ Towers Perrin (consultora).
§ Toyota Motor Corporation (automotriz – japonesa).
§ TRW (electrónica industrial).
§ United Technologies Corporation (industrial).
§ E. M. Warburg, Pincus & Co. (banca – británica).
§ Xerox Foundation (tecnología informática).

Todos los países del mundo son agobiados por cuantiosas deudas y todos son deudores de los mismos banqueros bajo la batuta de los Illuminati desde hace tres siglos.
Al control de los bancos centrales de Europa y de la Reserva Federal, había que agregarle un componente globalizado y fue en 1944 cuando se celebró en New Hampshire la conferencia internacional de Bretton Woods con la asistencia de los 44 países que le declararon la guerra a Alemania y Japón.
Otra vez disfrazaron el zarpazo con ropajes altruistas: La finalidad de la conferencia era “evitar desajustes monetarios y propiciar la vuelta al multilateralismo de pagos”, imponiendo el patrón oro y creando un banco internacional para tales efectos, que respetara la autonomía de las políticas monetarias de cada Estado y cumpliera funciones de cámara internacional con sede en Washington, donde cada país miembro tuviera derecho a un voto proporcional a su aporte.
Lo que habían callado era que Estados Unidos ya tenía dos terceras partes de las reservas mundiales de oro y que la Banca Rothschild & Hijos de Londres era la encargada de fijar diariamente el precio del oro. Fuera de lo anterior, tampoco mencionaron que U.S.A. quedaría con la mayoría absoluta de los aportes al Fondo y que por consiguiente, el voto de los demás países se hacía irrelevante.
Las consecuencias de las políticas del Fondo Monetario Internacional, ya las conocemos suficientemente. Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, sostiene que el Fondo es el principal culpable de las crisis en países en desarrollo, como Argentina, Brasil e Indonesia y que sus políticas sólo han beneficiado a un 10% de la población, convirtiendo a los pobres en más pobres de lo que eran antes de aplicar las recomendaciones del Fondo.
Es muy esclarecedor leer la carta del exfuncionario del Fondo Monetario Internacional Davison Budhoo, economísta de la London School of Economics a su exjefe Camdessus, para aquel entonces presidente del FMI:
“Hoy he dimitido como miembro del personal del Fondo Monetario Internacional tras más de doce años, y tras mil días de labores oficiales del Fondo sobre el terreno, pregonando su medicina y su saco de trucos y ardides a gobiernos y pueblos de América Latina, el Caribe y África. Para mí, esta dimisión es una liberación inestimable, porque con ella he dado el primer gran paso hacia ese lugar en el que algún día espero poder lavarme las manos de lo que, en mi opinión, es la sangre de millones de personas pobres y hambrientas. […] La sangre es tanta, sabe usted, que fluye en ríos. También se reseca y se endurece sobre toda mi piel; a veces, tengo la sensación de que no hay suficiente jabón en el mundo que me pueda limpiar de las cosas que hice en su nombre”.
Es de subrayar que el FMI estaba ya convertido en coto de caza de los Chicago boys, y su director de entonces Michel Camdessus era un recalcitrante neoliberal.
Al Fondo Monetario Internacional siguió el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, hoy Banco Mundial, cuyos accionistas más importantes son los inevitables Rothschild y Rockefeller. Siguió la Organización Mundial del Comercio, en uno de cuyos informes se reconoce que “Todos los gobiernos han aceptado que sus regulaciones internas no deben constituir obstáculos encubiertos al comercio”. Allí el control está a cargo del Banco Internacional UBS Warburg Mellon Read.
Viviana Forrester, autora de El Horror Económico y La Extraña Dictadura, alerta contra el régimen político ultraliberal que “con vocación totalitaria ha sustituído la economía real por una economía de casino puramente especulativa”. Forrester sostiene que “la dictadura sin rostro utiliza una muy fuerte propaganda que se basa en repetir que no hay alternativa”. Según ella, estos organismos internacionales de carácter económico tienen el poder real sobre los gobiernos de todo el mundo.
Los resultados de esas políticas están consignados en un estudio publicado en septiembre de 2000 por el mismo Banco Mundial, donde se establece que casi la mitad de la humanidad, 2.800 millones de seres humanos viven con menos de dos dólares al día y de ellos, 1.200 millones deben sobrevivir con menos de un dólar. En Europa del Este, los pobres se han multiplicado por más de veinte. Aunque los mismos de siempre repitan como un ritornello, que “las condiciones de vida han mejorado más en el último siglo que en todo el resto de la historia”, puesto que “la riqueza, las conexiones internacionales y la capacidad tecnológica son mayores que nunca”.
Sin embargo, el ingreso de los veinte países más ricos es treinta y siete veces mayor que el de los 20 países más pobres. Estados Unidos, por ejemplo, con una población de algo más del 5% del total del planeta, controla más de la mitad de su riqueza y su presupuesto militar es mayor al de todo el resto de países unidos.
Hoy todavía están frescos los recuerdos y las heridas de la estafa más grande de la historia, veamos:
En los últimos años del segundo milenio, los medios de comunicación no cesaban de repetir a los cuatro vientos la cantinela de las bondades de la nueva economía y de sus ilimitadas posibilidades.
Los mismos especuladores de siempre, que no sólo controlan la información, sino también los dineros golodrina y las bolsas, ya se habían provisto de los paquetes de acciones mayoritarios de las empresas de nueva tecnología (New Economy) y empezaron a engañar a las masas de ahorradores de todo el mundo con informes financieros, tecnológicos y bursátiles de los maestros de la especulación, que empezaron a hacer subir las acciones con inusual rapidez. El entusiasmo se apoderó de los incautos y el efecto dominó se produjo. Casi todos los ahorradores del globo corrieron a sacar sus guardados y muchos, hasta a hipotecar sus viviendas, para comprar esos mágicos papeles que subían y subían. La constante demanda atizada por prensa, radio y televisión, lograba cada día que las acciones alcanzaran y rebasaran cotas absurdas que no podían reflejar, ni remotamente, la realidad de las empresas.
Agotada la capacidad de compra del rebaño, convertido transitoriamente en magnate de papel, pues sus acciones habían alcanzado precios astronómicos, salieron discretamente los trapaceros invariables y empezaron a vender sus acciones. Cuando las bolsas comenzaron a desplomarse, pues ya eran sólo de vendedores, tan hábiles financistas habían despojado de sus ahorros a las mayorías de coterráneos. La exacta magnitud del daño será otro de los secretos bien guardados de la masonería, pero estudiosos serios del tema lo calculan en diez y ocho (18) billones de dólares, léase bien: billones en español (no en inglés), esto es diez y ocho millones de millones de dólares.
La globalización, que no es otra cosa que la diáspora consumada, es como sistema económico de una perversidad inaudita, pues equivale a una maratón en la que compiten jóvenes, robustos, entrenados y bien alimentados atletas, contra decrépitos y hambrientos enclenques.
Esta desigual carrera por los bienes y el poder, que según la propaganda de los organismos masones genera riqueza, ha llevado y sigue llevando al pauperismo de las grandes mayorías, como se vio atrás.
Eduard Drumont, que dedicó su vida a desenmascarar el problema sionista, alertó en su obra La France Juice:
...Los judíos entran pobres en un país rico y salen ricos en un país empobrecido.
...Las inmensas fortunas judías, las casas de campo, los hoteles judíos, no son fruto de ningun sudor efectivo, ni de producción alguna; son solamente la prelibación de una raza dominadora sobre una raza avasallada. Es cierto, por ejemplo, que la familia de los Rothschild, que como todo el mundo sabe, posee tres mil millones, solo por parte de Francia, no los tenía cuando se presentó entre nosotros. Ella no hizo invento alguno, ni descubrió minas, no ha trabajado tierras, luego ha sacado de los franceses estos tres mil millones sin darles nada a cambio.
...Hoy gracias al Judío, el dinero al cual el mundo cristiano no daba más que una importancia secundaria y no señalaba sino un papel subalterno, ha venido a ser poderoso. El poder capitalista, un contrato en unas cuantas manos, gobierna a su voluntad toda la vida económica de los pueblos.
Para calibrar el verdadero poder, démosle una mirada a las fusiones y adquisiciones recientes de las grandes empresas del mundo:
§ Boeing Airplane Company se fusionó con McDonnell Douglas (aeronaves). Valor de la operación: U$S 25.000.000.000.
§ Daimler Benz de Alemania adquirió a Chrysler de los Estados Unidos (automotriz). Valor de la operación: U$S 40.500.000.000.
§ Exxon se fusionó con Mobil Oil en diciembre de 1998 (petroleras). Valor de la operación: U$S 86.400.000.000.
§ British Petroleum adquirió a Amoco (petroleras).
§ Citicorp se fusionó con Travellers Insurance (servicios financieros). Valor de la operación: U$S 72.600.000.000.
§ SBC se fusionó con Ameritech (tecnología electrónica). Valor de la operación: U$S 72.400.000.000.
§ Bell Atlantic se fusionó con GTE (telecomunicaciones). Valor de la operación: U$S 71.300.000.000.
§ AT&T se fusionó con TCI y Media-One (telecomunicaciones). Valor de la operación: U$S 114.100.000.000.
§ Nations Bank se fusionó con Bank of America (servicios financieros). Valor de la operación: U$S 61.600.000.000.
§ Norwest Bank se fusionó con Wells fargo Bank (servicios financieros). Valor de la operación: U$S 34.400.000.000.
§ Zeneca (Reino Unido) y Astra (Suecia) (farmacéuticos). Valor de la operación: U$S 31.800.000.000.
§ Sprint Corp se fusionó con MCI World Com (telecomunicaciones). Valor de la operación: U$S 129.000.000.000.
§ Elf Aquitaine se fusionó con Total France (dos petroleras francesas). Valor de la operación: U$S 50.200.000.000.
§ Deutsche Bank (Alemania) recién completa la adquisión del Bankers Trust (Estados Unidos) (servicios financieros). Valor de la operación: U$S 10.000.000.000.
§ En años anteriores, el Chase Manhattan Bank se fusionó con el Chemical Bank transformándose en una nueva entidad con capital de más de U$S 25.000.000.000. Tanto el CEO del Chemical Bank, Walter V. Shipley como el CEO del Chase Manhattan, Thomas G. Labrecque son miembros del CFR y de la Trilateral Commission.

A su vez, en los medios de difusión se produjeron importantes fusiones:
§ Time-Warner con Turner Broadcasting (TBS, dueña de la ubicua CNN). Tanto Gerald M. Levin, CEO de Time Warner, como Thomas W. Johnson, presidente de CNN, son miembros del CFR y de la Trilateral Commission.
§ En Europa, el conglomerado minero británico Rio Tinto Zinc (RTZ), de tradicional presencia en la Trilateral Commission, se fusionó con CRA de Australia.
§ En el Japón la fusión del Bank of Tokyo con el Mitsubishi Bank creó el mayor banco del mundo y la mayor estructura económica de todo el planeta, con un patrimonio de más de U$S 800.000.000.000, al momento de la fusión.

En la tabla publicada por la revista FORTUNE: “Facturación anual de las 500 empresas más grandes de EEUU (1998)”, podemos ver las cifras que lo explican todo:

– Facturación anual de las Fortune 500 de E.E.U.U. (1998).

Rubro
Total Anual (1998) en U$S
Observaciones:
Facturación Total
5.740.596.000.000
Representa un aumento del 4.0% sobre 1997 y del 22% sobre 1995.
Ganancias Totales
334.334.600.00
Representa un aumento del 37% sobre 1995.
Activos Totales
14.288.321.600.000
Representa un aumento del 36% sobre 1995
Valor Accionario
2.234.935.000.000
Representa un aumento del 34% sobre 1995
Valor Total de Mercado
9.983.000.000.000
Representa un aumento del 121% sobre 1995.

“El valor total de mercado” supera el PIB de los Estados Unidos y los “Activos Totales” son 160% mayores que el Producto Interno Bruto de dicho país; pero lo más diciente de todo es, que invariablemente en los altos cargos directivos de las citadas empresas encontramos a miembros de la CFR, de la Trilateral, del Club Bilderberg, de RIIA o de cualquiera de las grandes sociedades masónicas.
Andreas Faber Kaiser publicó la Hegemonía Efectiva, que según él, era el verdadero gobierno mundial. Después de muchos años de investigación desentrañó la pirámide de poder, así: En la base, el Club Bilderberg, encima, el consejo de los 33, que son los más altos masones del mismo grado en el mundo. Un nivel más arriba, el Gran Consejo de los Trece Grandes Druidas, compuesto por trece supermasones. Un piso más alto, un grupo misterioso conocido como El Tribunal. En la parte superior, el grado 72, integrado por los 72 cabalistas más importantes de la tierra (No olvidar que cabalista también significa iluminado). No se pudo establecer si se había llegado a la cúspide de la pirámide, pero se sospecha que en la cima se puede encontrar al gran sacerdote del gran sanedrín.
Según Faber Kaiser, miembros de la pirámide se reunieron el 1 de agosto de 1972 en el Casino Building de San Antonio, Texas, donde Philip von Rothschild anunció ante el Consejo de los Trece “la planificación de la historia a partir de 1980”.
Faber Kaiser murió el 14 de marzo de 1994 en un hospital de Barcelona. Era portador del virus del sida pero desconocía cómo lo había adquirido. Todo indicaba que había sido otra víctima de las muchas que se habían atrevido a elevar denuncias contra la masonería.
En efecto, él mismo, cuando tenía listo lo que llamó una bomba periodística, el informe Noches de Blanco Satán - Satán en la Casa Blanca, expresó No daré publicidad a este informe. Habéis ganado. Pero seguiré vivo [...]. Lo que más me importa es la vida. Poco después el periodista entraba en coma y moría.
El informe desenmascaraba con lujo de documentación una ultrasecreta secta satánica nacida en una cripta de la Universidad de Yale, con tentáculos en altos círculos industriales, financieros, políticos y periódisticos, que practicaba el satanismo y la pedofilia. Se trataba por supuesto de Skull and Bones, que cuenta entre sus miembros a los presidentes de Estados Unidos de América, George W. Bush y su padre. Esta siniestra organización que fue conocida también como “La Hermandad de la Muerte”, pues las familias de sus miembros estuvieron involucradas en el tráfico de opio en China y Turquía, a través de la British East India Company. El delegado en China de esa multinacional del crimen fue Waren Delano, abuelo del futuro presidente Franklin Delano Roosevelt.
Otras familias que se hicieron millonarias con el negocio de opio a través de la Compañía de Indias Británica, fueron los Forbes, Cabot, Perkins, Lowell, Coolidge y Russell.
Skull and Bones es conocida también como Capítulo 322 y se sabe que en ciertos ambientes, capítulo es sinónimo de logia masónica dependiente de otra.
Como dato curioso recordamos que el abuelo Bush, Pescott Bush, también miembro de la hermandad, fue el mismo que participó en la profanación del cadáver de Jerónimo.
Para abundar más sobre el tema, transcribimos de las páginas 224, 225 y 226 del libro Illuminati de Paul H Koch, (edición Planeta 2004)
Volviendo al abuelo Prescott, veamos otro ejemplo de “casualidad” en la que aparecen enlazados personajes de suficiente importancia como para no fiarnos del azar. El abuelo de George W. Bush se graduó en Yale en 1917 junto a su amigo Edward Roland Harriman. Desde el momento en el que ambos ingresaron en The Skulls and Bones comenzó su meteórico ascenso gracias al apoyo directo de, entre otros, Percy Rockefeller, que según algunas fuentes había entrado en la orden en 1900. La familia Bush se había enriquecido durante la primera guerra mundial gracias a Samuel, padre de Prescott, que se dedicó al rentable negocio de la venta de armas y munición, pero su hijo se dio cuenta de que el negocio bancario daba todavía más beneficios y fundó la Unión Banking Corporation. Su amigo Harriman prefirió asociarse directamente a la Banca Brown Brothers. Juntos, se convertirían, como sabemos, en banqueros y socios comerciales del régimen de Adolf Hitler. La biografía no autorizada de Bush padre, elaborada por Webster G. Tarpley y Anton Chaitkin, demuestra que ambos grupos bancarios participaron en la financiación del cártel alemán del acero del régimen nacionalsocialista.
Con semejantes antecedentes, no es extraño que investigadores como Ray Renick acusen a la familia Bush de participar, al final de la segunda guerra mundial, en el desarrollo de la Organización Gehlen, edificada a partir del reclutamiento de los nazis huidos del viejo continente, con ayuda directa de los Rockefeller y la Orden de Malta, a la que pertenece a su vez el hermano mayor de George Bush. Desde el cuartel general de Gehlen, en California, se diseñó y lanzó una campaña de terror a lo largo y ancho de toda Hispanoamérica, con diversos objetivos. Por ejemplo, la llamada Operación Amadeus, que incluía el narcotráfico a gran escala, con la colaboración de la Cosa Nostra, y la evasión y blanqueo de capitales en las islas Bahamas y otros paraísos fiscales. Eso fue lo que denunció el ex detective de narcóticos de la Policía de los Ángeles, Mike Ruppert, en una Comisión de Inteligencia del Senado, en la que aportó casos como el de Albert Carone, un coronel de la inteligencia militar, que, según la definición del exdetective, “poseía una agenda que parecía un directorio conjunto de la CIA y de la Mafia”. Carone tuvo algunos problemas con Gehlen y expresó agrias quejas que no debieron de sentarle muy bien a la dirección de la organización, ya que poco después murió de forma repentina y misteriosa. Según el informe médico, “víctima de una toxicidad química de etiología desconocida”. Ruppert tuvo acceso a cierta documentación que poseía su hija. Ella estaba convencida de que su padre había muerto asesinado y de que Amadeus era el nombre en clave del propio Bush. Los resultados de la investigación elaborada por la Comisión del Senado no se conocen todavía.
¿Se conocerán algún día? Y en caso afirmativo, ¿Serán veraces?
El Nuevo Orden Mundial diseñado por la hermandad se está llevando a cabo a través de la globalización que conducirá al mundo a un neoimperialismo en las manos de unos pocos consorcios privados controlados por la gran pirámide de mando masónico-sionista.
No ha habido medio que se les escapara en sus propósitos de esquilmar a las masas. Hasta prestigiosas universidades fueron indebidamente utilizadas para infiltrar sus profetas de la mentira. Sin pudor académico revistieron falsas teorías como verdades axiomáticas dentro del campo de la economía, que nada tiene de ciencia exacta. A los dirigentes políticos de todo el mundo, que suelen ser legos en materias financieras, les han insuflado un credo de mentiras que les han hecho tragar enteras, y lo que es peor, que han puesto, o mejor impuesto en sus países, con los resultados desastrosos que todos conocemos de pauperismo de las grandes mayorías y la escandalosa concentración de la riqueza en sus manos.
Es falso que la ausencia total de controles estatales conduzca a la panacea económica. Es falso que la privatización de las propiedades de la sociedad produzca un beneficio macroeconómico automático; lo contrario es lo verdadero, esto es, que las privatizaciones, que suelen hacerse con métodos corruptos, enriquecen enormemente a los flamantes propietarios, pero la factura la debe pagar la masa a través de la elevación de tarifas, por lo general, desproporcionada, y como víctima de despidos masivos.
De la falsedad de la total desregulación de los mercados financieros, basten como pruebas las expoliaciones generalizadas que sufrió la humanidad en el siglo XX, años treintas y noventas y la que se destapó en el 2008.
Esto es válido también para el libertinaje del mercado, que ha producido abundante miel para los que mueven los hilos, pero sólo acíbar para el grueso de la población.
Son leyes de la física, la de los “vasos comunicantes”, la de los “pesos y contrapesos de la balanza”, y otras, a las que tampoco puede escapar la economía.
La “generación espontánea” en que creyeron algunos despistados científicos antes de conocerse los medios de esterilización modernos, tampoco se puede producir en economía, aunque los especuladores insistan, en su beneficio, en propagar tan ridícula idea.
Lo único que puede producir “riqueza” a una nación es el trabajo acompañado de los medios de transformación y/o producción. El hombre no puede crear nada y lo único que puede hacer, es transformar lo que la tierra le dé de sus tres reinos: el animal, el vegetal y el mineral. La especulación no genera “riqueza” a una nación, sino que se la quita a muchos para dársela a pocos.
Que los sacerdotes neoliberales, o Chicago boys o friedmaniáticos, como los llaman en el argot de los economistas convencionales, digan lo contrario, es entendible, dada la proclividad de tantos a dejarse seducir por los cantos de la sirena.
La prueba reina del engaño, es que el capitalismo salvaje debe imponerse con medidas de choque igualmente salvajes y que deja sociedades, antes prósperas, convertidas en unos pocos oasis de “Reyes Midas” y en proliferación de barriadas de miserables.
Los ejemplos más evidentes de cómo funciona la terapia de shock exportada por el capitalismo salvaje de Washington a través de los Chicago boys, son el Chile de Pinochet, la Argentina de los generales, la China postcomunista y la Rusia de Yeltsin. Veamos lo que nos dice la Doctora Naomi Klein, catedrática en la London School of Economics en una de sus obras titulada La Doctrina del Shock, capítulo 11, cuando habla de las manifestaciones en contra del asedio militar al parlamento soviético en tiempos de BorisYeltsin:
..Había también niños entre el gentío. Pero las tropas de Yeltsin les cortaron el paso y las ametrallaron>>. Unos cien manifestantes y un soldado murieron en aquel incidente. El siguiente paso emprendido por Yeltsin fue disolver todos los consistorios municipales y los consejos regionales del país. La joven democracia rusa iba a ser destruida pieza a pieza.
No hay duda de que algunos parlamentarios se mostraron reacios a cualquier tipo de acuerdo pacífico y azuzaron a la multitud allí congregada, pero, como incluso la exfuncionaria del Departamento de Estado norteamericano, Leslie Gelb, reconoció, el parlamento "no estaba dominado por un puñado de derechistas locos". Las decisiones que precipitaron la crisis fueron la disolución ilegal del parlamento decretada por Yeltsin y el desacato de éste a las sentencias del más alto tribunal del país: ambas medidas no podían menos que ser respondidas por otras decisiones igualmente desesperadas en un país que no deseaba ceder la democracia que acababa de conquistar.*
*En uno de los ejemplos más asombrosos de tratamiento sensacionalista de una notica, el Washington Post destacó que <>, tratando de plantear la absurda posibilidad de que la multitud de rusos que intentaban defender su democracia llegasen a iniciar una guerra atómica. <>, informaba el Post a continuación.
Una señal clara de Washington o de la UE podría haber obligado a Yeltsin a iniciar negociaciones serias con los parlametarios, pero lo único que recibió de las potencias occidentales fueron ánimos. Finalmente, la mañana del 4 de octubre de 1993, Yeltsin cumplió con el destino para el que desde tanto tiempo atrás se le creía destinado y se convirtió en el Pinochet de Rusia al desencadenar una serie de sucesos violentos con inconfundibles reminiscencias del golpe militar acaecido en Chile exactamente veinte años antes. En lo que sería el tercer shock traumático que infligió al pueblo ruso, Yeltsin ordenó al ejército que ocupara y desalojara la Casa Blanca rusa, y que le prendiera fuego, y las fuerzas armadas cumplieron la orden, aunque fuera a regañadientes. De ese modo, el presidente dejaba carbonizado el edificio sobre cuya defensa se había labrado su reputación apenas dos años antes. Puede que el comunismo desapareciera de la noche a la mañana sin que se disparara un solo tiro, pero el capitalismo de los de Chicago sí que necesitó una gran dosis de artillería para defenderse: Yeltsin movilizó a 5.000 soldados, decenas de tanques y vehículos de transporte blindado, helicópteros y tropas de asalto de élite armadas con ametralladoras automáticas, y todo para defender a la nueva economía capitalista de Rusia de la grave amenaza de la democracia.
Así se informó en el Boston Globe del episodio final del asedio parlamentario decretado por Yeltsin: "En el día de ayer, durante diez horas, unos treinta tanques del ejército ruso y carros blindados transporte personal rodearon la sede parlamento en centro Moscú, conocida como Casa Blanca, dispararon sobre ella intensas repetidas andanadas artillería explosiva acompañadas múltiples ráfagas fuego ametralladora procedentes las tropas infantería. A cuatro cuarto tarde, 300 guardias, diputados administrativo abandonaban edificio formando una única fila con manos alto"
Al acabar la jornada, aquella ofensiva total del ejército se había cobrado las vidas de unas quinientas personas y había herido a casi mil, la mayor dosis de violencia que Moscú había vivido desde 1917. Peter Reddaway y Dmitri Glinski, autores del relato definitivo de la era Yeltsin (The Tragedy of Russia´s Reforms: Market Bolshevism against Democracy), señalan que "durante la operación de limpieza que se produjo en el interior y las inmediaciones Casa Blanca, arrestó a 1.700 personas confiscaron 17 armas. Algunos los detenidos fueron internados un estadio deportivo, una práctica ciertamente evocadora procedimientos empleados por Pinochet tras golpe 1973 Chile". Muchas fueron conducidas a diversas comisarías de policía, donde fueron objeto de palizas. Kagarlitski recuerda que, mientras le golpeaban en la cabeza, un agente gritó: <<¿Queríais democracia, hijos de perra? ¡Os vamos a enseñar democracia!>>.
Un pequeño ejemplo de lo que lograron los nuevos “inversionistas” con los atropellos a sangre y fuego dirigidos por Jeltsin y prohijados por EEUU, fueron las siguientes perlas que copiamos de la misma obra de la Doctora Naomi Klein:
El 40% de una empresa petrolera comparable en tamaño a la francesa Total fue vendido por sólo 88 millones de dólares (para hacernos una idea, las ventas de Total en 2006 ascendieron a 193.000 millones de dólares). Norilsk Nickel, productora de una quinta parte del níquel mundial, fue vendida por 170 millones de dólares (aun cuando sólo sus beneficios anuales no tardaron en alcanzar los 1.500 millones de dólares). La inmensa compañía petrolera Yukos, que controla más petróleo que Kuwait, fue vendida por 309 millones de dólares; actualmente obtiene más de 3.000 millones de dólares en ingresos cada año. El 51% de la gigante petrolera Sidanko fue adjudicado por 130 millones de dólares; sólo dos años después, esa misma participación estaba valorada en 2.800 millones de dólares en los mercados internacionales. Una colosal fábrica de armamento fue dispensada por 3 millones de dólares, el precio de un chalet para las vacaciones en Aspen.
Ya no sucede como hace siglos, que los colonizadores europeos zarpaban, en carabelas y galeones para América y África, donde los esperaban grandes riquezas naturales que podían expoliar sin ninguna resistencia, sino, que hoy parten en veloces aviones desde Chicago, con escala en Washington, rumbo al país donde han identificado lucrativas empresas estatales y han instalado allí sus títeres, que también participarán del botín de las privatizaciones.
Volvamos con la doctora Naomi Klein que nos da un claro ejemplo en su obra la Doctrina del Shock cuando escribe:
Ahora bien, las mayores masacres que precipitó el anterior máximo mandatario ruso fueron aquellas que se produjeron "a cámara lenta", pero con una mortandad mucho mayor: me refiero a los "daños colaterales" de la terapia económica de shock.Nunca tantas personas han perdido tanto en tan poco tiempo sin que existiera una hambruna, una plaga o una batalla de grandes proporciones. Desde el inicio de la "transición" hasta 1998, más del 80% de las granjas y las explotaciones agrícolas rusas habían quebrado, y, aproximadamente, unas 70.000 fábricas de titularidad estatal habían sido clausuradas, dejando como rastro una auténtica epidemia de desempleo. En 1989, antes de la terapia de shock, vivían en la Federación Rusa bajo el umbral de pobreza (es decir, con ingresos inferiores a los cuatro dólares diarios) dos millones de personas. A mediados de la década de 1990, cuando los "terapeutas" del shock ya habían administrado su "amarga", eran 74 millones de rusos y rusas los que vivían por debajo de ese umbral, según el Banco Mundial. Eso significa que de lo que verdaderamente pueden vanagloriarse las "reformas" rusas es del empobrecimiento absoluto de 72 millones de personas en sólo ocho años. En 1996, el 25% de los rusos (casi 37 millones de personas) vivían en una situación de pobreza calificada de "desesperada".
Para nadie son desconocidas las escandalosas cifras de aumento del alcoholismo y de suicidios en Rusia durante los criminales quince años del shock, como lo llamó Vladimir Gusev. Ya André Gunder Frank le había escrito hacía décadas a Milton Friedman acusándole de “Genocidio Económico”.
En contraste, la doctora Klein nos describe la otra cara de la moneda:
Esta miseria planificada resulta aún más grotesca si pensamos que la riqueza acumulada por la élite es exhibida en Moscú como en ningún otro lugar del mundo con la salvedad, quizás, de un puñado de emiratos petrolíferos. En la Rusia actual, la riqueza está tan estratíficada que los ricos y los pobres parecen vivir no sólo en países distintos, sino también en siglos diferentes. Una de esas "zonas horarias" es el centro de Moscú, transformado a pasos acelerados en una ciudad del pecado futurista del siglo XXI, donde los oligarcas se desplazan a toda prisa de un lado a otro en convoyes de Mercedes negros protegidos por soldados mercenarios de primer nivel, y donde los gestores de dinero occidentales se ven seducidos por la laxitud de la normativa de inversiones durante el día y por las prostitutas facilitadas por gentileza de sus anfitriones durante la noche. Como ejemplo de la vida en la otra zona horaria, baste la respuesta de una adolescente de provincia de diecisiete años de edad a la pregunta de cuáles eran sus esperanzas para el futuro: "Es difícil hablar del siglo XXI cuando estás sentada aquí, leyendo a la luz de una vela. El siglo XXI importa bien poco. Aquí estamos en el siglo XIX".Este pillaje al que ha sido sometido todo un país con tanta riqueza como la que Rusia atesora ha requerido de actos extremos de terror en la historia reciente: desde el incendio del parlamento hasta la invasión de Chechenia. "Las políticas que engendran pobreza y delicuencia", escribe Georgi Arbatov, uno de los asesores económicos originales (y generalmente ignorados) de Yeltsin,"… sólo pueden sobrevivir si se suprime la democracia". Se había suprimido ya en el Cono Sur, en Bolivia (durante el estado de sitio) o en China (durante la ofensiva de Tiananmen). Pronto se suprimiría también en Irak.
Los mismos Estados Unidos de Norteamérica no escaparon a la codicia de los Chicago Boys y utilizaron el Shock de la Torres Gemelas. El equipo de George W. Bush, friedmanita hasta la médula le entregó a las empresas privadas de sus amigos grandes tajadas de la seguridad nacional, a través de subcontratos, incluyendo a empresas donde tenían intereses el Viceprediente Cheney y el Secretario de Denfensa Rumsfeld y esto provocó lo que la profesora Naomi Klein denominó: La Burbuja del Capitalismo del Desastre. Se desató entonces la cazería de brujas mas irracional de que tenga noticias la historia, pues la feria de contratos se desbocó.
Los altos funcionarios de los Estados Unidos empezaron a mezclar un coctel muy peligroso, creyendo que lo que es bueno para Lockheed, Halliburton, Carlyle y Gilead, es bueno para el país.
Pero el azote de la humanidad no queda circunscrito a los daños que le ha causado el capitalismo salvaje, sino, que está conduciendo al hombre a su desaparición, pues la codicia desarrollista está haciendo de su habitat un infierno invivible. Es precisamente la gran potencia bajo la dictadura de Sión, la que se niega empecinadamente a suscribir los acuerdos sobre clima, y si alguna vez lo hiciere, por su propia supervivencia, habrá cada día que dejan pasar, mayores daños al medio ambiente, muchos, irreversibles.









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